La misofonía es una aversión o fobia a los sonidos. Esta afección, caracterizada por una sensibilidad extrema a determinados ruidos, desencadena una intensa respuesta emocional y fisiológica en quienes la padecen. Aunque hay muchos sonidos que pueden molestar a la gente, como un cuchillo arañando un plato o una tiza en una pizarra, la misofonía va un paso más allá. Los sonidos ordinarios, como masticar, golpear un bolígrafo o moquear, pueden provocar una reacción de lucha o huida desproporcionada con respecto a la amenaza o molestia real que supone el ruido. Pero, ¿existe algún tratamiento que pueda ayudar a aliviar los síntomas de la misofonía? Averigüémoslo juntos.
Comprender la misofonía
Entendamos primero qué es la misofonía y qué se siente. La misofonía se caracteriza por una respuesta emocional intensa e inmediata a determinados sonidos, que suelen ser repetitivos o estar basados en patrones. Ruidos que otras personas ni siquiera percibirían, pueden resultar angustiosos para quienes padecen esta afección. Estos sonidos desencadenantes varían mucho de una persona a otra, pero suelen ser:
- Sonidos orales: como masticar, chasquear los labios o tragar.
- Ruidos nasales: como mocos o al respirar
- Sonidos cotidianos: como el golpeteo de los dedos, el chasquido del bolígrafo y la escritura en el teclado.
- Sonidos ambientales: como el tic-tac de un reloj o el goteo del agua.
Síntomas de la misofonía
Estos sonidos, cuando se oyen, pueden provocar diversos síntomas emocionales, físicos y de comportamiento.
Emocional
- Ira o rabia
- Asco
- Ansiedad o pánico
- Necesidad de escapar de la situación
Físico
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Sudando
- Tensión muscular
Comportamiento
- Reacción violenta o no violenta al sonido
- Abandonar situaciones con estos ruidos
- Evitar situaciones con estos ruidos
Es importante recordar que la misofonía puede desencadenarse de diversas maneras. La gravedad de estos síntomas puede variar desde una leve molestia hasta una grave alteración de la vida cotidiana, lo que puede repercutir en las relaciones, el rendimiento académico y la productividad laboral. La misofonía no es simplemente una aversión a ciertos sonidos; es una fuerte respuesta emocional y fisiológica que el individuo no puede controlar o "simplemente superar".
Diagnóstico de la misofonía
En la actualidad, los expertos no saben con absoluta certeza cuál es la causa de la misofonía. Además, no está reconocida oficialmente como una afección psiquiátrica o neurológica distinta. Esto puede dificultar la obtención de un diagnóstico formal. Sin embargo, los profesionales sanitarios suelen seguir un proceso específico para diagnosticar a los pacientes que pueden padecerla. A continuación se explica cómo funciona el proceso:
Historial del paciente
El primer paso suele ser un análisis detallado de las experiencias de la persona con determinados sonidos, las reacciones emocionales y físicas que provocan y el impacto en su funcionamiento diario.
Evaluación de los síntomas
El siguiente paso es una evaluación de la gravedad y la frecuencia de las respuestas a los sonidos desencadenantes, a menudo mediante cuestionarios especializados o escalas diseñadas para medir el impacto de la misofonía en la calidad de vida.
Exclusión de otras afecciones
Siempre es posible que la persona padezca otras afecciones. Es importante descartar afecciones relacionadas, como acúfenos, hiperacusia (mayor sensibilidad al sonido), trastornos del procesamiento auditivo, trastornos de ansiedad o trastorno obsesivo-compulsivo, que pueden presentar síntomas superpuestos.
Derivación a especialistas
En algunos casos, las personas pueden ser remitidas a audiólogos, psicólogos o psiquiatras con experiencia en problemas de sensibilidad al sonido para una evaluación más exhaustiva. Dada la complejidad de la misofonía, en el diagnóstico puede intervenir un equipo multidisciplinar formado por otorrinolaringólogos, audiólogos, profesionales de la salud mental y terapeutas ocupacionales.
El diagnóstico de misofonía se basa principalmente en la experiencia subjetiva del individuo, y es crucial que los profesionales sanitarios escuchen y validen estas experiencias, incluso en ausencia de una categoría diagnóstica formal.
Descubra cómo eliminar los acúfenos con nuestro seminario web gratuito
Tratamientos para la misofonía: Terapias conductuales y de sonido
¿Cómo se puede tratar la misofonía? En la actualidad, las terapias conductuales y sonoras constituyen la piedra angular del tratamiento de la misofonía. Estos métodos se centran en reducir la intensidad de las reacciones emocionales a los sonidos desencadenantes y en mejorar la calidad de vida en general. Veamos qué incluyen estas terapias:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es un tratamiento ampliamente utilizado que ayuda a las personas a comprender y cambiar sus patrones de pensamiento y sus reacciones ante los sonidos desencadenantes. Consiste en identificar los pensamientos y comportamientos negativos asociados a la misofonía y sustituirlos por respuestas más constructivas.
Terapia de reeducación del acúfeno (TRT)
Aunque se desarrolló originalmente para el tinnitus, la TRT se ha adaptado a la misofonía. Combina el asesoramiento directivo con la terapia de sonido para ayudar a las personas a desensibilizarse ante los sonidos desencadenantes.
Protocolo de gestión de la misofonía (MMP)
La MMP es una forma especializada de terapia de sonido que incluye la creación de una jerarquía de sonidos, empezando por los menos molestos y subiendo gradualmente hasta los más desencadenantes, para desensibilizar las reacciones del individuo. Se va subiendo en la lista y se intenta aliviar el desencadenante que esos sonidos tienen en el individuo.
Reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR)
La MBSR es otra forma de terapia que incorpora la meditación de atención plena para ayudar a las personas a centrarse en el momento presente y desarrollar una conciencia sin prejuicios de sus reacciones a los sonidos desencadenantes.
Es importante recordar que el tratamiento de la misofonía puede requerir un enfoque de ensayo y error. No se trata de un tratamiento único. Además, cada una de estas terapias requiere la orientación de un profesional cualificado y puede utilizarse en combinación para obtener los mejores resultados. La elección de la terapia suele depender de las necesidades específicas del individuo, de la gravedad de su misofonía y de sus preferencias personales.
Ajustes del estilo de vida y estrategias de afrontamiento
Vivir con misofonía puede ser un reto, pero ciertos ajustes en el estilo de vida y estrategias de afrontamiento pueden ayudar a las personas a controlar sus síntomas y mejorar su funcionamiento diario. Entre ellas se incluyen:
Modificaciones medioambientales
Modificar el entorno puede ayudar a minimizar la exposición a los sonidos desencadenantes. Esto puede implicar el uso de materiales insonorizantes, la creación de espacios tranquilos en casa o la planificación estratégica de los asientos en lugares públicos. También puede elegir los eventos a los que acude.
Uso de tapones para los oídos o auriculares
El uso de tapones para los oídos o auriculares con supresión de ruido puede proporcionar a veces un alivio inmediato de los ruidos desencadenantes. Algunas personas también pueden beneficiarse de escuchar música o ruido blanco para enmascarar los sonidos irritantes.
Técnicas de comunicación
Hay que tener valor para hablar abiertamente de cualquier enfermedad, pero hablar abiertamente de la misofonía con amigos, familiares y compañeros puede ayudarles a entenderla y a crear un entorno de apoyo. También puede ser útil hablar de las posibles adaptaciones que podrían hacerse en los espacios compartidos.
Gestión del estrés
Dado que el estrés puede exacerbar los síntomas de la misofonía, puede ser beneficioso realizar actividades que reduzcan el estrés, como ejercicio, yoga o pasatiempos. El ejercicio puede fomentar un enfoque positivo de la vida.
Hábitos de sueño saludables
Dormir puede ayudar a aliviar un montón de problemas. Garantizar un sueño adecuado y de calidad puede ayudar a reducir los niveles generales de estrés y mejorar la capacidad para hacer frente a los sonidos desencadenantes.
Consideraciones dietéticas
Algunas personas descubren que ciertos alimentos o estimulantes, como la cafeína, pueden aumentar su sensibilidad a los sonidos desencadenantes. Controlar y ajustar la dieta puede ayudar a controlar los síntomas de la misofonía.
Redes de apoyo y ayuda profesional
Unirse a grupos de apoyo, ya sea en persona o en línea, puede proporcionar una plataforma para compartir experiencias y estrategias, y recibir apoyo emocional de otras personas que entienden los retos de vivir con misofonía. Además, las visitas periódicas a un terapeuta o consejero pueden proporcionar apoyo continuo y ayudar a perfeccionar las estrategias de afrontamiento según sea necesario.
Es importante recordar que estos cambios en el estilo de vida o estrategias de afrontamiento pueden no funcionar para todo el mundo, o puede ser necesario ensayarlos y probarlos. Pero la clave es tener un enfoque paciente y empático de la enfermedad. Al incorporar estas estrategias a su vida diaria, las personas con misofonía pueden crear un entorno más controlado y de apoyo que les ayude a gestionar su enfermedad de forma más eficaz.
Orientaciones futuras para el tratamiento de la misofonía
A medida que aumenta la investigación sobre la misofonía, las terapias emergentes y las orientaciones futuras ofrecen esperanzas de nuevas y mejores opciones de tratamiento. Los estudios a largo plazo sobre personas con misofonía pueden aportar información sobre la evolución de la enfermedad y los resultados a largo plazo de las distintas estrategias de tratamiento. Se espera que el futuro del tratamiento de la misofonía sea más preciso y útil. Éstas pueden ser:
Neurofeedback
Esta terapia consiste en entrenar a las personas para que controlen la respuesta de su cerebro a los sonidos desencadenantes mediante retroalimentación en tiempo real. Aunque aún se encuentra en fase experimental, parece prometedora para ayudar a las personas con misofonía a modular sus reacciones.
Mejoras de la terapia cognitivo-conductual (TCC)
Los avances actuales en la TCC pretenden adaptar este tratamiento de forma más específica a la misofonía, centrándose en los aspectos únicos de la enfermedad.
Investigación sobre medicamentos
En la actualidad, no hay medicamentos aprobados específicamente para la misofonía, pero se están investigando tratamientos farmacológicos dirigidos a las vías auditivas o a las respuestas al estrés asociadas a la misofonía. Además, las investigaciones sobre los componentes genéticos de la misofonía pueden conducir a una mejor comprensión de la enfermedad y a posibles tratamientos personalizados.
Enfoques multidisciplinares
A menudo, un solo tipo de enfoque no funciona. Combinar varios tratamientos, como la terapia de sonido con apoyo psicológico, puede proporcionar una atención más completa a las personas con misofonía.
Sensibilización y educación del público
Es importante que, con el tiempo, más personas tomen conciencia de la misofonía. Los esfuerzos para aumentar la concienciación pública y la comprensión de esta afección pueden conducir a una mayor empatía y adaptación en entornos sociales, educativos y profesionales.
Ayudas tecnológicas
Cada vez son más las empresas que desarrollan nuevas aplicaciones y dispositivos que pueden ayudar a las personas a gestionar sus desencadenantes de misofonía en tiempo real. Se trata de un área de desarrollo activo.
A medida que avanzan estas terapias y vías de investigación emergentes, tienen el potencial de mejorar significativamente la calidad de vida de las personas con misofonía. Se trata de un campo en evolución y, con atención y recursos continuos, el futuro del tratamiento de la misofonía parece prometedor.
Conclusión
La misofonía, que se caracteriza por reacciones emocionales intensas a determinados sonidos, es una enfermedad única y difícil tanto para quienes la padecen como para los médicos. El camino hacia el control de la misofonía es muy personal, y la eficacia de los tratamientos varía de una persona a otra. Como hemos visto, una combinación de terapias, como la terapia de sonido, las intervenciones psicológicas y las modificaciones del estilo de vida, constituyen la piedra angular de las estrategias de tratamiento actuales.
Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de un enfoque personalizado; lo que alivia a una persona puede no aliviar a otra. Esto requiere una estrecha colaboración entre los pacientes y un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios para abordar las complejidades de la misofonía y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Así pues, aunque la misofonía sigue siendo una afección relativamente poco reconocida e investigada, el panorama está cambiando. Con cada nuevo estudio, terapia y experiencia compartida, nos acercamos a un mundo en el que la misofonía puede tratarse de forma eficaz, permitiendo a las personas vivir más cómodamente y con menos angustia por la cacofonía de sonidos cotidianos que la mayoría da por sentados.