Introducción
La hiperacusia es un trastorno auditivo caracterizado por una mayor sensibilidad a los sonidos ambientales normales. Estos ruidos pueden causar molestias, dolor y una reacción grave a sonidos que otras personas considerarían tolerables. Esta afección, aunque menos común que el tinnitus, afecta a un número significativo de individuos con diversos grados de gravedad. A diferencia de la irritación ocasional provocada por los ruidos fuertes, la hiperacusia puede dificultar las actividades cotidianas, afectando a las interacciones sociales, el trabajo y la calidad de vida en general. Pero, ¿cuáles son las causas de esta afección? Veamos 6 de las causas más frecuentes.
Comprender la hiperacusia
Millones de personas padecen acúfenos, mientras que sólo 1 de cada 50.000 sufre hiperacusia. Aunque sea más rara, no por ello es menos problemática. La American Speech-Language-Hearing Association define la hiperacusia como una afección en la que los ruidos cotidianos se perciben a un volumen tan alto que provocan irritación, ansiedad o dolor físico. Puede ser desde una molestia menor hasta una afección debilitante, que hace que incluso los sonidos moderados, como un lavavajillas o el habla en voz alta, sean difíciles de soportar. La hiperacusia es compleja, se produce en un espectro y se manifiesta de diferentes formas, a menudo como resultado de diversas afecciones médicas o lesiones. Pero en este artículo vamos a profundizar en las 6 causas más comunes de esta afección.
Impacto mundial
La hiperacusia es relativamente rara y su prevalencia no se conoce del todo, pero se calcula que afecta a entre el 1 y el 15% de la población. Puede afectar a personas de cualquier edad, incluidos los niños, y suele tener un profundo impacto en el bienestar de la persona. Las personas con hiperacusia pueden retraerse de las situaciones sociales para evitar las molestias, lo que conduce al aislamiento y a una menor calidad de vida. Esta afección también puede interferir en la concentración y el sueño, lo que agrava sus efectos en el funcionamiento diario.
Diferenciación de afecciones afines
Es importante distinguir la hiperacusia de otras afecciones auditivas similares. El tinnitus, por ejemplo, consiste en oír sonidos que no están presentes en el entorno, como pitidos o zumbidos en los oídos. Además, la misofonía se caracteriza por una fuerte reacción emocional a sonidos específicos, como masticar o respirar. La fonofobia, otra afección relacionada, es el miedo a los sonidos fuertes. Sin embargo, la hiperacusia, aunque en cierto modo similar, es una afección diferente. Los sonidos ambientales normales pueden causar molestias y dolor a los afectados. Aunque todas estas afecciones pueden coexistir con la hiperacusia, sus causas y síntomas son distintos. Para un tratamiento y una gestión adecuados, es esencial adoptar enfoques específicos y adaptados.
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6 causas de la hiperacusia
1 - Patología del oído
La cóclea es una cámara en forma de espiral llena de líquido situada en el oído interno. Es esencial para la audición y participa en la conversión de las ondas sonoras en señales eléctricas. Los daños en esta parte del oído son una de las principales causas de la hiperacusia. Pero, ¿cómo se daña la cóclea?
Traumatismos inducidos por el ruido
La exposición a ruidos fuertes es una de las principales causas de daño coclear que conduce a la hiperacusia. Esto puede ocurrir por una exposición única a un sonido intenso, como una explosión, o puede ser el resultado de una exposición prolongada a altos niveles de decibelios, como en ciertos lugares de trabajo o a través de música alta. El traumatismo provocado por el ruido puede dañar las células ciliadas de la cóclea, encargadas de traducir las ondas sonoras en señales nerviosas.
Cambios relacionados con la edad
Como parte del proceso natural de envejecimiento, la cóclea puede sufrir cambios que pueden contribuir a la hiperacusia. La degeneración de las células ciliadas con el paso del tiempo puede aumentar la sensibilidad a determinadas frecuencias de sonido. Aunque la pérdida de audición relacionada con la edad se asocia más comúnmente con una disminución de la sensibilidad auditiva, la hiperacusia también puede ser un componente de los cambios auditivos experimentados por los adultos mayores.
2 - Migrañas
¿Cómo pueden causar hiperacusia las migrañas? Las migrañas no son sólo fuertes dolores de cabeza, son acontecimientos neurológicos complejos que pueden afectar a diversas percepciones sensoriales, incluida la audición. Las personas que sufren migrañas pueden experimentar hiperacusia como síntoma durante o entre los episodios de migraña. El mecanismo exacto que relaciona las migrañas con la hiperacusia no se conoce del todo, pero se cree que afecta a las vías auditivas centrales del cerebro que procesan el sonido.
Trastornos del procesamiento sensorial
Durante una migraña, el procesamiento sensorial del cerebro puede verse alterado, lo que provoca una mayor sensibilidad a los estímulos. Esto puede hacer que los sonidos ordinarios parezcan intolerablemente fuertes o dolorosos. El aumento de la actividad en las vías neuronales puede provocar una interpretación errónea del volumen y la intensidad de los sonidos. No es de extrañar que muchos migrañosos encuentren consuelo en una habitación oscura y silenciosa.
3 - Parálisis de Bell
La parálisis de Bell es una enfermedad caracterizada por la aparición repentina de parálisis o debilidad facial, que suele afectar a un lado de la cara. Esta afección puede afectar al oído y la audición debido a su efecto sobre el nervio facial, responsable de los movimientos faciales, y que también transporta algunas fibras que influyen en los músculos del oído medio.
Afectación de los nervios faciales
El nervio facial, o VII par craneal, interviene en el control de los músculos de la expresión facial. Cuando se produce la parálisis de Bell, la inflamación o compresión de este nervio puede provocar una alteración de su funcionamiento normal. Dado que el nervio facial también afecta al músculo estapedio del oído, que ayuda a controlar la respuesta al sonido, la parálisis de este músculo puede provocar hiperacusia.
Interrupción de la modulación del sonido
El músculo estapedio actúa como amortiguador del sonido, reduciendo la intensidad de los sonidos que entran en el oído para proteger el oído interno de los ruidos fuertes. La parálisis de Bell puede impedir que este músculo funcione correctamente, lo que provoca un aumento de la sensibilidad al sonido o hiperacusia. Sin el efecto modulador del músculo estapedio, los sonidos pueden llegar a ser incómodamente fuertes o incluso dolorosos.
Recuperación y tratamiento
La mayoría de las personas con parálisis de Bell se recuperan totalmente con o sin tratamiento, y a medida que el nervio facial se cura, los síntomas de hiperacusia suelen disminuir. Sin embargo, durante la fase de recuperación, los pacientes pueden tener que tomar medidas para proteger su audición y controlar la sensibilidad al sonido. Esto puede incluir el uso de tapones o auriculares con cancelación de ruido para controlar el entorno sonoro.
4 - Enfermedad de Meniere
La enfermedad de Meniere es un trastorno del oído interno que puede provocar mareos (vértigo) y pérdida de audición. En algunos casos, también puede causar hiperacusia debido a los cambios en la dinámica de los fluidos del oído interno, lo que puede afectar a la sensibilidad auditiva.
Fluctuaciones del líquido del oído interno
El oído interno contiene un líquido llamado endolinfa que ayuda a regular la audición y el equilibrio. En la enfermedad de Meniere, la acumulación anormal de líquido en el oído interno (hidropesía endolinfática) puede provocar una fluctuación de la capacidad auditiva, acúfenos y una sensación de plenitud en el oído, junto con una mayor sensibilidad al sonido.
Sobreestimulación auditiva
La presión excesiva del líquido en el oído interno puede hacer que partes de la cóclea se sobreestimulen, provocando hiperacusia. Esta sobreestimulación puede hacer que los sonidos ambientales normales parezcan excesivamente altos e intrusivos, lo que contribuye al malestar y a una menor tolerancia al sonido.
Estrategias de gestión y afrontamiento
Aunque la enfermedad de Ménière no tiene cura, el tratamiento se centra en controlar los síntomas y minimizar el impacto en la vida diaria. Los cambios en la dieta, como reducir la ingesta de sal para minimizar la retención de líquidos, pueden ser beneficiosos. También pueden recetarse diuréticos para reducir la acumulación de líquido en el organismo, incluido el oído interno.
5 - Enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi transmitida a través de la picadura de garrapatas, puede tener numerosos efectos neurológicos, entre ellos la posibilidad de causar hiperacusia.
Complicaciones neurológicas
La enfermedad de Lyme puede provocar una afección conocida como neuroborreliosis de Lyme, que afecta al sistema nervioso. Los pacientes pueden experimentar diversos síntomas, como dolor nervioso, parálisis facial y problemas de memoria y concentración. La enfermedad también puede afectar al sistema auditivo, pudiendo provocar hiperacusia como resultado del daño nervioso o de una mayor sensibilidad neuronal.
Respuesta inflamatoria
La respuesta inflamatoria del organismo a una infección puede afectar a varios órganos, incluido el sistema auditivo. La inflamación puede alterar la forma en que se procesa el sonido en el cerebro, haciendo que los pacientes sean más sensibles a los estímulos auditivos. Esta mayor sensibilidad puede manifestarse como hiperacusia, en la que los sonidos normales se perciben como incómodamente altos o incluso dolorosos.
Tratamiento y recuperación
El principal tratamiento de la enfermedad de Lyme son los antibióticos, que suelen resolver la infección y sus síntomas asociados, incluida la hiperacusia. Sin embargo, si la hiperacusia persiste, los pacientes pueden necesitar tratamientos adicionales como la terapia de sonido o la terapia cognitivo-conductual para controlar su sensibilidad al sonido. El diagnóstico y el tratamiento precoces de la enfermedad de Lyme son cruciales para prevenir complicaciones a largo plazo. En los casos de hiperacusia persistente tras el tratamiento, puede ser necesario un enfoque multidisciplinar en el que participen audiólogos, neurólogos y terapeutas para controlar eficazmente la afección y mejorar la calidad de vida.
6 - Trastorno de la ATM
El trastorno de la articulación temporomandibular(ATM) es una enfermedad que afecta a la articulación mandibular y a los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula. Es conocida por causar dolor y molestias, pero también puede contribuir a la hiperacusia en algunas personas.
Conexión con la hiperacusia
La articulación temporomandibular está situada cerca de los oídos, y cualquier disfunción en esta articulación puede repercutir en el sistema auditivo. La ATM puede causar diversos síntomas auditivos, como acúfenos (zumbidos en los oídos), dolor de oído e hiperacusia. El mecanismo exacto que relaciona la ATM con la hiperacusia no se conoce del todo, pero puede estar relacionado con vías nerviosas compartidas o con el aumento de la tensión en los músculos que rodean el oído.
Síntomas y diagnóstico
Las personas con ATM pueden presentar diversos síntomas, como dolor mandibular, dificultad para masticar y chasquidos al mover la mandíbula. Cuando hay hiperacusia, estos síntomas pueden ir acompañados de sensibilidad al sonido. El diagnóstico de la ATM implica un examen físico de la mandíbula y puede incluir pruebas de imagen para evaluar el estado de la articulación.
Enfoques de tratamiento
El tratamiento de la ATM puede incluir diversas estrategias, como analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares. También pueden utilizarse férulas dentales o protectores bucales para evitar el rechinamiento de los dientes, que puede exacerbar los síntomas de la ATM. A menudo se recomienda fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos de la mandíbula. Para los pacientes con hiperacusia relacionada con la ATM, el tratamiento del trastorno mandibular puede mejorar la sensibilidad al sonido. En algunos casos, la terapia de sonido o el asesoramiento pueden ser beneficiosos para ayudar a controlar los síntomas auditivos de la ATM. Un enfoque holístico que tenga en cuenta tanto los aspectos físicos como auditivos de la ATM puede proporcionar el alivio más eficaz a los afectados.
Conclusión
Estas son las 6 causas de la hiperacusia. Esta afección poco frecuente pero problemática, caracterizada por una mayor sensibilidad a los sonidos ambientales normales, puede deberse a diversas causas subyacentes. Desde lesiones cocleares y migrañas hasta trastornos de la ATM, los orígenes de la hiperacusia son tan diversos como complejos. Comprender estas causas es crucial para un diagnóstico y un tratamiento eficaces.
Los avances en la investigación médica y la creciente concienciación sobre la hiperacusia ofrecen a quienes la padecen la esperanza de mejorar las estrategias de tratamiento y la calidad de vida. A medida que seguimos explorando los intrincados mecanismos que subyacen a la hiperacusia, las posibilidades de tratamientos más específicos y eficaces son cada vez más prometedoras.